
– Dígame: ¿dónde puedo encontrar eso que llaman Océano? He estado buscándolo por todas partes, sin resultado, preguntó el pez joven.
– El Océano, respondió el viejo pez, es donde estás ahora mismo.
– ¿Esto? Pero si esto no es más que agua… Lo que yo busco es el Océano, replicó el joven pez, totalmente decepcionado, mientras se marchaba nadando a buscar en otra parte*.
… …
– Dígame: ¿dónde puedo encontrar la Fórmula para ser la Mejor Madre? He estado buscándola por todas partes, sin resultado, preguntó la primeriza moderna.
– Ser buena madre, respondió la anciana, es lo que estás haciendo ahora mismo.
– ¿Esto? Pero si esto no es más que temer y amar todo al mismo tiempo… Lo que yo busco es la Fórmula para ser Mejor Madre, replicó la primeriza totalmente decepcionada, mientras se marchaba con su bebé a buscar en otro experto de crianza.
… …
Buscamos entonces la opinión del pediatra… ah… y lo convertimos en el Santo Patrono Consejero de crianza.
Buscamos también en los libros de expertos… ah… investimos su letra impresa de un manto de Verdad Absoluta.
Buscamos por último en la opinión de otras madres… ah… ellas también buscan la misma Fórmula, aman y dudan por igual y es un alivio sentir pertenencia. Desde esa fuerza, a veces, dejamos a un lado el bombardeo de información que viene de afuera y nos conectamos esencialmente con la experiencia maternante interna. Finalmente podemos confiar en nosotras mismas y la búsqueda termina. Viaje emblemático del yo al yo, de la madre a la madre. La Fórmula somos nosotras mismas.
¿Cuándo nos pasó que dejamos de confiar en que la madre común es lo suficientemente buena? Nuestra labor es de una dimensión tan incomensurable, como dice Winnicot, que termina pasando desapercibida por la sociedad…
Tal vez fue para la misma época que se institucionalizó el parto a través de la medicina, para la misma época que se institucionalizó la infancia a través de la educación, para la misma época ser una madre común ya no nos pareció suficiente y se institucionalizó la maternidad a través del psicoanálisis de entrecasa.
Bueno, yo digo que ya está bien de tanta institución.
Sra. medicina muchas gracias (sin ironía, lo digo de corazón), pero siga por donde le toca ir y deje el parto en paz.
Sra. educación muchas gracias (saben bien que lo digo sin ironía) y devuélvale a la infancia lo que le pertenece que es su capacidad innata para aprender y apropiarse de la cultura en la que nace con todos sus conocimientos incluidos.
Sr. psicoanálisis muchas gracias, de verdad le digo. Pero por favor, vea como hacer para que dejen de vanalizarlo poniéndolo fuera de contexto y si no es mucha molestia, permita también que nazcan nuevas ciencias del hombre y de la conciencia. Ciencias que vislumbren e incluyan las dimensiones más sutiles del devenir humano y de su Ser. Ciencias que nos eleven hacia los portales de una nueva humanidad con la libertad de parirse a sí misma a través de la revelación de su inherente espiritualidad. Y si no es mucho pedir, dejenos este nacimiento a nosotras, las madres comunes, que somos lo suficientemente buenas con esto de parir y sin dudas haremos algo lo suficientemente bueno al respecto.
Gracias a todos por haber venido.
«Buscamos también en los libros de expertos… ah… envestimos su letra impresa de un manto de Verdad Absoluta.» Envestimos viene de embestir: embestir *tr.* Venir con ímpetu sobre [una pers. o cosa]. *fig.*Acometer [a uno] para pedirle algo con impertinencia. *fig.*Arremeter (arrojarse y chocar). Lo correcto era escribir: investimos. investir
– conceder, conferir, proclamar, ungir, otorgar, honrar
Besos y abrazos ma
El 20 de noviembre de 2014, 17:00, El BLOG de La Casa Naranja Castelar 4628
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mmmmsi… se publicó solito antes de darme tiempo a corregir, tenía muchas ganas de salir a la luz. Gracias! Abrazo, Fer
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Si! digo Si! a este nuevo momento… Digo Si a dar paso a nuestra esencia que muchas veces lo percibimos por instantes de luz, de verdadera intuición y certeza. Digo Si a seguir eligiendo conocerme más a mi misma, a nosotras /nosotros mismos. Por supuesto, respeto a aquellos aventureros que se animan a poner en palabras nuevas miradas… descubridores y valientes. Sin embargo… depende de cada uno, hacer de ellos nuestros dueños o ser lectores responsables de si mismos y respetuosos… Saludos. Karyna
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Gracias Fer!!! un abrazo fuerte de corazón a corazón.
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