¿Ya lo viste? Creo que se hizo viral estos días.
Yo creo fuertemente que un bebé que llora tiene derecho a llorar y a tener adultos que le hagan sentir seguridad, aceptación y confianza cuando llora. De este modo aprende no sólo a volver a la calma por sí mismo sino que se afianza en su interior algo mucho más esencial: recibe el claro mensaje de que es amado y respetado por quien realmente es y no por como responde a las expectativas de los adultos. Incluso si eso implica escucharlo llorar y en vez de acallarlo hacer el esfuerzo extra de conectar con él a través de todo tu ser, incluyendo la mirada, la palabra, la gestualidad y hasta el alma. Punto.