Bueno, ayer a eso de las 23hs. estaba en la cama chateando con unas amigas por whatsapp y estaba riéndome, llorando casi de la risa, y tratando al mismo tiempo de no despertar a Ricardo que ya dormía. En eso voy a Facebook (que lo sabe todo de mi, el muy metido) y me pone una publicidad de un mes gratis de unas clases de baile y autoconocimiento (no te digo que lo sabe todo de mi… eso es exactamente lo que tenía ganas de hacer). Por supuesto, algo en el aviso me resultó irresistible y me dejé llevar… A los pocos minutos ya había contratado el mes gratis de prueba (con mi tarjeta de crédito de por medio, pero gratis al fin) e invité a mis amigas a unirse a mi clase de baile al día siguiente. No sólo invité a mis amigas de ese chat. Invité a montones de amigas. Y a alumnas. Y clientas. Y a hermanas espirituales y a mi hermana de sangre. A todas las que más o menos estaban cerca en el chat de whatsapp, en las últimas conversaciones.
Fue así que hoy nos juntamos en mi sala virtual de zoom y la clase de baile fue maravillosa. Parece ser que parte del atractivo fui yo, con mi entusiasmo, bailando, ¡a tal punto que una del grupo nunca logró activar el audio en zoom pero se quedó la media hora mirando igual! Soy la primera que se ve arriba a la derecha:
El hecho es que hacía mucho que no hacía nada aeróbico. Y soy muy blanca de tez. Y cuando hago algo aeróbico quedo bastante coloradita.
Como se ve más o menos acá, en el saludo final que nos hicimos antes de despedirnos hasta el día siguiente (la prueba gratis es por un mes así que la vamos a exprimir a fondo).
El punto es que inmediatamente después de bailar fui a la cocina y estaba comiendo unas semillitas de sésamo y me atraganté un poquito, justo en eso entra mi hijo y al verme tosiendo y así de colorada puso los dos ojos sumamente redondos del susto:
¡Mamá te estás ahogando muy mal!, gritó.
Yo me tenté tanto que fue para peor. Cada vez tosía más. Trataba de hacerle saber que estaba bien, que solamente tenía un poco atorada una semilla de sésamo y más colorada me ponía. Cuando logré recuperar el aliento le pregunté por qué se había sobresaltado tanto, si me pasa frecuentemente que se me va algo de comida por el camino errado (tengo una deglución que deja mucho que desear).
¡Es que estás MUY colorada!! Nunca en mi vida te ví así.
Pobre hijo, tiene una madre tan pachorra… Si no fuera por la bendita cuarentena, que me ha llevado cumplir mi sueño de bailar con ganas, tal vez mi hijo no se hubiera enterado jamás que su madre queda colorada como un camarón después de 25 minutos de ejercicio intensivo.
Para completarla, a la tarde, intenté hacer el desafío de la escoba. Llegué a esto…
A todo esto… ¿a vos cómo te fue hoy?
Por favor no te sientas triste si hoy no llegué a invitarte a bailar. Todavía nos quedan 29 días de prueba… ¿Te gustaría bailar con mi grupo de gente amada mañana? La clase dura unos 30 minutos. Voy a estar en mi sala de Zoom a las 18hs Argentina. El ID de la sala será 104-828-260. ¡Hay lugar para 100 personas pero a no paniquear! Nadie te estará mirando, solo vemos a la profe en la pantalla.
¿Nos vemos?
NOTA: por las características de esta invitación me será imposible dar soporte técnico para el uso de zoom.
Te dejo aquí algunos tips generales a modo de guía:
– Si te querés unir por favor descargá previamente la aplicación desde http://www.zoom.us
– Para entrar a la sala de zoom dirigite a http://www.zoom.us/join e ingresá el número de sala.
– Deberás activar el audio al entrar a la sala. De no tener sonido fijate abajo a la izquierda hay unos auriculares con una flecha verde adentro. Hacele click para activarlo diciendo que autorizás el uso del audio del sistema. ¡Buena suerte con eso y ojalá nos veamos para bailar un rato mañana a las 18hs de Argentina!
María Raiti 