¿Te pasa que desde tu tarea como profesional querés sumar a una conciencia integral pero tu reactividad te juega una mala pasada? A mí sí.
Son tantas las cosas que están patas para arriba en el mundo en este momento y es tal el nivel de fragmentación que atravesamos, que quienes aspiramos a acompañar a otros hacia una conciencia integral encontramos que nuestro propio camino está plagado de baches reactivos y en vez de ser parte de la solución reforzamos el problema.
¿Qué opción nos queda?