Las dos somos barilochenses, tal vez por eso a ninguna de las dos nos molesta mostrarte este diálogo que tuvimos un lunes a las 7.30 AM, tempranito y despeinadas. Fuimos juntas a la secundaria. Después nos perdimos el rastro, hasta que por una de esas cosas nos pusieron en un grupo de whatsapp. Me llamó la atención su foto de perfil. La fui a chusmear en facebook. Me quedé boquiabierta. La llamé y aquí estamos.
Qué decirte… Estoy enamorada de esta conversación. Te la ofrezco en tres bocados para que puedas saborearla a tu ritmo. Es como una serie, pero no coreana o inglesa, sino de acá nomás, del Delta.
En el primer capítulo Guada cuenta su historia, en el segundo abrimos su juego y en el tercero hacemos un diálogo generativo desde el Juego Libre. Pasan los minutos y ella va liberando en sus palabras una cantidad de energía renovable que solo puede aportar la sutil potencia de la propia experiencia. Creo que su Residuoteca es uno de esos vórtices por donde se cuela aquel futuro capaz de reinventar nuestro juego sobre la Tierra.
Gracias por existir Guadalupe Boado. La Tierra es más hermosa con vos danzándola por el costado de un otro mundo con el que no estás dispuesta a negociar. Un mundo que de tan delirante y ciego te quiere ganar en su locura de bolsas negras que todo lo ocultan. Pero no creo que pueda. La tuya, al fin locura también, es tan transparente y hermosa que atraviesa muros con su danza y nos convoca a jugar en comunidad, a soltarlo todo y vivir cada vez más encendidos. Así será, hasta ese día en que, más allá de tus 41 cubos de acrílico en los que durante 15 años has ordenado el resabio de tus residuos, llegues a ese espacio de verdadero silencio y nos muestres a otros el camino.
María Raiti 